
Independientemente de que consumas la fruta antes o después de comer, el aporte calórico va a ser el mismo.
No “engorda” más por tomarla de postre. Sabes que nada engorda ni adelgaza.
En algunas dietas “antiguas” se pautaba antes para aumentar la saciedad y reducir la cantidad ingerida del plato principal.
La dieta perfecta no existe, sólo se trata de comer de la forma más saludable posible, permitiéndonos de vez en cuando alguna licencia. Elige comida de verdad, evita los ultraprocesados y recuerda hacer ejercicio físico de forma habitual.
¿No te cuestionas lo mismo al comerte un dulce o un helado?